El Dolor en Gallos de Pelea por : Dr. Enrique Tello (Médico
Veterinario, Gallero y Educador) Líder de la defensa de los Gallos de
Pelea en el Perú
La base para sustentar el porqué del dolor en los
gallos de pelea está ausente, o es casi nulo al momento de ser
acometido por el rival durante la lidia se sustenta en:
Desciende de los reptiles (Archeopterix).
1. Poseen un Encéfalo menos desarrollado.
2. Su piel es poco vascularizada y no elástica.
3. Las terminaciones nerviosas no son completas.
4. El umbral del dolor es alto.
5. La piel y músculos presentan menor número de inervaciones nerviosas que los mamíferos.
6. La selección por eficiencia en la pelea, permite la selección de un animal con un umbral del dolor más alto y eficiente.
7. Posee una actividad hormonal y humoral exclusiva o singular. Los
productos analgésicos empleados experimentalmente bajan el umbral del
dolor y el ave fallece por shock. La dosis de antiinflamatorios
necesarios para un ave es 5 veces más altas que las de un mamífero para
que surta algún efecto en el ave y su vida media en el organismo es 70%
menos que en los mamíferos.
8. La especie aviar mas estudiada son
las aves rapaces y sin embargo aún no hay estudios fisiológicos y
etológicos que demuestren que los gallos de pelea sientan el mismo grado
de dolor como manifestamos los mamíferos bajo similares circunstancias;
por lo que se está llevando a cabo un estudio en España mediante el uso
de aparatos de última generación para evaluar coherente y
fehacientemente cuáles serían los cambios producidos en el animal bajo
situaciones de “presunto dolor”, identificando si éstos generan
significativamente un efecto negativo sobre el
9. Se hace necesario
un estudio del comportamiento de las hormonas en los Gallos de Pelea
para demostrar ó negar que el sufrimiento de los Gallos de Pelea en la
lidia se da. Por lo pronto el sufrimiento en el gallo; no es tal como se
piensa a menudo comparándolo con los humanos cuyas características
fisiológicas son diferentes.
INTRODUCCIÓN
Las observaciones e
investigaciones existentes a la fecha demostrarían que el gallo de
pelea gracias a su segregación de sustancias químicas, su fisiología y
su origen filogenético presente a menos estrés y nulo dolor durante la
lidia o combate. Al extremo que una vez terminado el combate el gallo
quiere seguir luchando ya sea contra otro gallo o su propio dueño;
además, manifiesta buenos signos anímicos (Canto y aleteo).
Aquí el
lector acucioso o contrario a esta práctica planteará la siguiente
pregunta ¿Que está esperando el criador de gallos? ¿Que el animal le
grite: “me duele ó un simple aya yay”? Por lo que vale precisar y hacer
recordar, que cada especie animal presenta sus propias modulaciones o
vocalizaciones ante diferentes situaciones, y por ende los gallos no son
ajenos a estos cambios en la vocalización
ACCIÓN DE LAS SUSTANCIAS DENOMINADAS HORMONAS SOBRE LA ANULACIÓN DEL DOLOR EN EL GALLO DE PELEA
La Glándula Adrenal de los gallos de pelea tiene una respuesta hormonal
distinta a la de cualquier otro animal. Por lo que los niveles de
estrés medidos a través del cortisol y lascatecolaminas bajan a la mitad
durante la pelea y post pelea (inmediatamente) por lo que el
sufrimiento o padecimiento del gallo es inexistente o menor al que
presenta durante cualquier otra actividad.
Un animal frente al
estrés libera una cantidad muy grande de hormonas, como puede
sercortisol, para combatirlo. Sin embargo, los gallos de pelea durante
la pelea de gallos, por un mecanismo especial que aún se trata de
dilucidar, estos liberan hormonas pero no en cantidades como para decir
que es una acción antiestrés. Es así que en el toro de lidia se liberan
menos hormonas durante la lidia que durante el transporte y en el gallo
se reduce drásticamente la secreción de esta hormona durante la pelea
casi el 50%. Con lo cual podemos decir que estos animales presentan un
mecanismo especial de respuesta frente a otras especies.
Por otro
lado, se ha podido apreciar que se produce una liberación muy grande de
betaendorfinas, cuya función es paliar el dolor frente a una noxa o
injuria. Cuantas más endorfinas haya, aumentamos o disminuimos el umbral
de dolor (Juan Carlos Illera et al 1994), el cual es bastante alto en
las aves; con lo que disminuye notablemente la percepción del dolor, tal
cual los humanos lo conocemos o sentimos.
La betaendorfina – es
una sustancia que bloquea los receptores del dolor hasta que llega un
momento en que el dolor y el placer se equiparan y el supuesto
sufrimiento de existir puede llegar a ser casi nulo (Juan Carlos Illera
et al 1994). Este es otro mecanismo por el cual el gallo puede controlar
el dolor.
En ensayos experimentales se detectó mediante mediciones
al azar que el gallo durante la pelea libera 15 veces más betaendorfinas
– hormonas del placer que en humanos.
Los cirujanos de una plaza
de toros comentaron que es posible que esta misma reacción, neuro
hormonal que tienen los toros ante el dolor (como la que tienen los
gallos de pelea) se suele apreciar en los toreros. Para ello, existe un
vídeo; con el que los cirujanos trataron de probar esta teoría y muestra
cómo un diestro había sufrido en una corrida un puyazo (cornada) en el
pecho. La cornada había sido tan brutal que cuando le abrieron la
chaquetilla en la enfermería, la piel se separó dejando ver el
movimiento de los pulmones. Además se detalla que se le suturo sin
ningún tipo de anestesia, porque así lo pidió el diestro. Sin que su
cara se mostrase o evidenciase el más mínimo signo de dolor (Juan Carlos
Illera et al 1994)
También se sabe que en los humanos, está más que
demostrado y estudiado el umbral del dolor y aunque se conoce que este
se manifiesta diferente de individuo a individuo.
El umbral de
dolor puede ser modificado con entrenamiento, como sucede en el caso de
los soldados de elite de fuerzas especiales, artes marciales y/o los
budistas y otras sociedades que trabajan en lo referente al control
mental de las emociones.
Regulación Del Dolor Y Estrés Del Gallo De Pelea A Nivel Cerebral
Este estudio es preliminar, y de parte; puesto que soy aficionado a los
gallos de pelea y se centra la regulación del dolor y el estrés a nivel
cerebral.
La sensación de dolor, tiene como receptores a los
nocioceptores en las aves, receptores que se estimulan con el dolor y
que se conectan con las neuronas del ganglio de la raíz dorsal. Esta
sensación nos informa por ejemplo de que un tejido está roto y que debe
ser reparado.
Hay que tener en cuenta que las aves descienden de los reptiles antes que todo.
Los aves poseen un sistema nervioso menos evolucionado, teniendo un
encéfalo rudimentario, tal como se demuestra con en la publicación de
Mike el pollo sin cabeza (headless chicken); publicación refrendada por
la universidad de Utah en 1945. En la cual un pollo sin cabeza con medio
cerebro faltante, sin pico y ojos tuvo una vida con un comportamiento
natural durante 18 meses, para ello, cabe resaltar que murió por
negligencia en la alimentación de su propietario y no por causas de
dolor o sufrimiento. El mismo evento ha sido reportado el 19/01/2011 por
Timoteo Rafael Cedeño con un video fílmico y el último caso presentado
en video al público el 24/09/2013 en Turquía, lo cual indica que es una
constante fisiológica, y no un evento fortuito producto de la casualidad
o sesgo de información.
Si golpeamos con un puñetazo a un humano
en la cara, esto le dolerá de inmediato, mientras que si le propinamos
el mismo puñetazo a un caballo, este a penas si lo percibirá.
El
dolor está determinado por la capacidad fisiológica, que CAMBIA EN CADA
ANIMAL, (conocido como umbral de dolor). El silogismo es claro: si se
deduce que los animales sufren porque el humano sufre, entonces todos
los animales han de sentir el mismo dolor que el humano ante el mismo
acto de agresión física.
Por ello, que el humano sufra, no significa
de inmediato que el gallo de pelea sufra en el lidia, puesto que el
umbral del dolor y las características fisiológicas del gallo de pelea,
así como su sistema nervioso, SON ABSOLUTAMENTE DIFERENTES.
Se
suele manifestar que nuestros sistemas nerviosos son iguales, y por ende
sentimos lo mismo, lo cual apenas se refiere a la capacidad de
recepcionar el dolor, mas no a la manera de procesarlo, debido a que
ésta capacidad (procesar el dolor) reside en el diencéfalo; aceptar que
el humano y el gallo de pela sienten lo mismo al tener sistemas
nerviosos, tendría que aceptarse a su vez que gallo y hombre tienen
idéntico sistema nervioso, por lo cual los gallos podrían tocar música o
resolver ecuaciones, cosa menos que absurda, pues la capacidad
neurológica de hombre y la de los gallos de pelea son distintas
(lóbulos, hipotálamos, diencéfalos, masa cerebral y red neuronal SON
COMPLETAMENTE DISTINTAS.
Siempre se ha considerado al Gallo de pelea
como un animal único, tal vez por la pasión que uno siente con esta
afición pero a partir de este estudio lo creo aún más.
Así mismo
es importante detallar que la agresividad es un patrón de conducta de
los gallos de pelea que está condicionado por la producción de
sustancias neuroendocrinas. Las cuales a su vez son producto de la
constitución genética del ave. Desde la década de los cuarentas del
siglo XX el zoólogo Dr. R. A. Fennell; que la agresividad es una
característica heredada. La cual está más acentuada en los gallos de
pelea; que en los comerciales. Komai, Craig y Wearden han estimado una
heredabilidad del 0.30 para la agresividad. Mientras que Guhl, Craig y
Mueller estiman que va 0.18 a 0.22. Para el caso es lo mismo, por lo que
se demuestra de forma fehaciente que es una característica heredada.
Tanto en humanos como en gallos de pelea, las alteraciones en la
homeostasis neuroendocrina son la vía por la cual se alternan los
patrones de comportamiento. Específicamente, variaciones en las
monoaminas se asocian con la actividad agresiva.
En aves
comerciales se ha demostrado que las más agresivas tenían niveles más
elevados de Serotonina en comparación con las más apacibles. El mismo
resultado se obtuvo con la concentración de Dopamina y Epinefrina. Con
referencia a la Norepinefrina no hay diferencia. Por lo cual la relación
Epinefrina – Norepinefrina (E/NE) es mayor en las aves agresivas.
La evidencia científica indica que la selección genética que se ha
llevado a cabo durante siglos en el gallo de pelea en sus diferentes
funciones genéticas, ha traído consecuentemente una reorganización del
sistema neuroendocrino, de sus funciones fisiológicas y como resultado
final su comportamiento. Su propia genética y por ende, su fisiología
son los que rigen el deseo de pelea del gallo.
El gallo de pelea
se ha perpetuado, desarrollado y perfeccionado a través de miles de años
de selección natural por eficiencia en el combate y selección inducida
por la mano del hombre mediante la prioridad de selección de
determinadas características deseables por los cultores de esta ave,
como la denominada casta que no es más que la presencia genética y
fenotípica del umbral del dolor en su cuantificación máxima, la cual se
manifiesta en sus linajes con un alto y sorprendente coeficiente de
heredabilidad, implícito en su código genético; por lo que el gallo
siempre tiende a buscar la supervivencia y prevalencia en entornos
competitivos con individuos similares y hostiles en igualdad de
condiciones, sin manifestar dolor.
En mi opinión, si desaparece
esta afición, creo firmemente que el gallo de pelea desaparecería o por
lo menos perdería su función, es decir aquello que lo vuelve único. Esto
se ha visto reflejado en aquellos criadores que manejan aves de
exposición en las cuales se aprecia la perdida de aquellas
características y/o virtudes que lo diferencian de las demás
Gallináceas.
Los experimentos más cruentos en fisiología animal y
humana se realizan con reptiles (porque no muestran signos perceptibles
de dolor). Ensayos experimentales en aves o reptiles se realizan sin
analgésicos. En cambio, si se usan ratas, cobayos, conejos, cerdos,
perros y monos los analgésicos son vitales debido a su bajo umbral del
dolor.
Inflamación en los gallos de pelea
Actualmente el
butorfanol, agonista-κ- antagonista-μ, es el fármaco de elección para el
tratamiento del dolor en aves (Paul-Murphy et al, 1998); además
diferentes estudios en psitácidas han demostrado que su administración
en anestesia con isoflurano disminuye las dosis de este último
(Concannon et al., 1994).
Las razones que pueden justificar estas
diferencias podrían estar relacionadas con diferencias dinámicas y/o
cinéticas de las aves frente a los mamíferos.
Particularidades Dinámicas
Actualmente, se considera que el dolor en aves está mediado por vías
neurales y neurotransmisores muy semejantes a mamíferos; sin embargo,
los estudios realizados en palomas indican que existen diferencias en la
población de receptores; una de las razones por las que parece que el
fentanilo y otros agonistas-μ tienen un menor efecto; es la
farmacodinamia y se debe, principalmente, al gran predominio de
receptores-κ que poseen las aves frente a receptores – μ; lo que no
ocurre en mamíferos donde el número de receptores-κ es mucho más bajo
(Mansour et. Al., 1988). Esta razón es también la que podría explicar el
buen funcionamiento del butorfanol.
El butorfanol (opioide) es
el más indicado pero debe suministrarse el triple de la dosis que se
utiliza en un mamífero. Sin embargo, la vida media de esta sustancia en
el ave no es más de 3 a 4 horas mientras que en mamíferos es de 10 a 12
horas dependiendo de la especie animal a tratar (Mansour et. Al., 1988).
La inflamación y vascularización que se produce a nivel celular por el
daño producido en el tejido que provocan la migración y producción de
aminas vasoactivas (Histamina y Serotonina); son responsables del
proceso inflamatorio que es el que origina malestares en las aves
(Rafael Argueta López et al 2014).
Para la prevención de este
evento fisiológico cabe precisar que los gallos una vez peleados, son
atendidos inmediatamente con fármacos antibióticos, antisépticos y
antiinflamatorios tipo corticoides para evitar y minimizar estos
procesos frecuentes y naturales que se dan en cualquier lesión,
convirtiendo el proceso de reparación de los tejidos del ave más
eficiente
Las diferencias en cuanto a la capacidad de procesar el
stress y el dolor (umbral del dolor) de estas aves en relación a los
mamíferos, incluido el hombre; están también influidas por su gran
capacidad metabólica, no solo para resistir dolor, sino para regenerar y
reparar sus tejidos.
Existen muchas observaciones de cirujanos
que suturan gallos de pelea después de los combates y a otras especies
de animales por problemas traumáticos en los cuales hay pérdida de
continuidad de sus tejidos, y todos ellos coinciden que es sorprendente
la capacidad vital de regeneración del gallo de pelea para sobreponerse y
sanar de sus heridas.
Por desgracia no hay estudios que midan,
evidencien y/o documenten científicamente estas observaciones personales
de estos profesionales.
Conclusión y comentario final
Nos
encontraríamos frente a una especie ó mejor dicho sub especie gallinácea
única dentro del reino animal. Que no solo por su proximidad evolutiva a
los reptiles; su propia fisiología los hace ser únicos y especiales
dotándolos de armas propias para prevalecer en la naturaleza y hacer
prevalecer su naturaleza individual.
Es importante resaltar que no
se les puede juzgar como al resto de los animales de la misma manera,
dado que es imposible comparar a un guerrero espartano criado y nacido
para la guerra, con un simple ciudadano de otra ciudad, aun siendo los
dos seres humanos.
Las endorfinas que se segregan en los gallos
de pelea durante la riña, la poca inervación o mejor dicho los pocos
terminales nerviosos que posee el gallo de pelea, más un encéfalo poco
desarrollado o primitivo, produce el bloqueo de estos terminales
nerviosos. Hecho que ocurre durante la pelea y en otras circunstancias
particulares, lo que hace, que en ese momento, NO SIENTAN DOLOR ó en
otras palabras el gallo de pelea sea refractario a esta sensación
durante la pelea; debido a que el umbral se encontraría altísimo por la
presencia de estas endorfinas; por ello, se manifiesta el bloqueo del
dolor en el gallo de pelea. Este fenómeno no se repite ó se da en las
demás gallináceas y otras aves con la misma intensidad. Por lo que las
mediciones endocrinas y bioquímicas de los gallos de pelea son únicas y
aunque son aves, son diferentes a los de su especie, dando la impresión
que pertenecen a otro entorno.
En codornices japonesas (Coturnix
japonica) también se demostró una relación entre el nivel de Dopamina y
la agresividad. En síntesis: “El comportamiento y la agresividad del
gallo de pelea tienen origen genético”.
Se puede afirmar que
mientras se realizan más estudios experimentales; se puede concluir que
lo que se sabe a la fecha de los gallos de pelea, es que el umbral al
dolor de las aves es muy alto. Que cuando este umbral del dolor se
altera (baja), el gallo huye dejando de pelear; lo cual se interpreta
como un signo compatible de dolor y/o falto de casta para el criador.
Expresiones como “dolor humano”, “seres sintientes”, “sistema nervioso”
y demás, son insuficientes para demostrar que el gallo de pelea sufre
en la riña, puesto que le confiere características humanas a tal
sufrimiento, más aún conociendo que el umbral de dolor del gallo de
pelea es mucho mayor al del humano.
Los gallos de pelea, luchan
entre sí por voluntad propia y la naturaleza los dotó con armas para
ello. Que no hay manera de hacer pelear un gallo de pelea, que no desee
combatir. Esto último puede ser fácilmente comprobado mediante el
enfrentamiento de aves (género gallinácea) que no son de pelea y que en
un 95% terminarán huyendo o negándose a combatir entre ellas, por no
tolerar el dolor (bajo umbral de dolor). Sin embargo cabe aclarar al
lector neófito en el tema que estas no pelearan y/o aguantarían un
combate; así se les inocule estimulantes y/o hormonas como la
testosterona, lo cual frecuentemente suelen argumentar algunos
detractores de esta actividad.
Msc. Dipl. Enrique Tello Corbetto CMVP 3388
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